Hablemos de Amor.

El amor es un concepto universal relativo a la afinidad entre seres, se interpreta como un sentimiento relacionado con el afecto y el apego. Pero es complicado encontrar una definición única y clara de lo que significa amor el diccionario bíblico nos refiere que es la misma naturaleza de Dios, porque Dios es amor, entonces vemos como hay diferencias entre un concepto secular y un concepto bíblico, sin embargo la suprema expresión del amor se encuentra en el sacrificio en el calvario, ahí Dios nos expresó su gran amor a través de su Hijo.

Para muchos es difícil poder expresar el amor y máxime que muchas personas han vivido sin conocer realmente el amor, porque desde su niñez no conocieron ese sentimiento, crecieron con sufrimientos, rencores, soledad, solo echemos un vistazo al mundo, impera el odio, hay guerras, muertes, enemistades y es más fácil odiar que amar y eso es un reflejo de nuestra sociedad sin amor.

Es mejor pelear con el que va delante de nosotros en el coche, o no dejándolo pasar, pero el amor entra a las acciones cotidianas en una variedad de formas. Mucha gente se relaciona con otros solamente con el acuerdo tácito de “si tú haces tú parte, yo haré la mía” Esta forma de entregarnos no es amor, Dios quiere que digamos “Yo te amaré aunque no reciba nada a cambio” Este dar desinteresado y amoroso es el que debemos desarrollar en nuestras actitudes y acciones.

No es tarde, aún hay mucho que hacer, sembremos amor, seamos ejemplo de que es mejor amar, porque el que no ama, no conoce a Dios. La Palabra de Dios es muy rica en ese rubro, tenemos muchas citas que nos hablan del amor: La Biblia dice que el amor todo lo puede, todo lo espera, todo lo soporta, el amor nunca deja de ser.

Veamos las siguientes citas que nos hablan del amor, según la Biblia: 1 Juan 4-8 El que no ama, no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. Romanos 5:8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros Dios nos mostró su amor al enviar a su hijo al mundo a morir por todos nosotros Romanos 12:9-10 El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno. Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos  los unos a los otros.

No nos queda duda del gran amor que nos tuvo el Padre y el hijo, que aun siendo pecadores, Jesús dio su vida a cambio de la tuya y de la mía y hoy tenemos vida gracias a Él. Reflejo de amor es tener un corazón amable, ser cordial, ser perdonador, ser gentil, ser generoso, ayudar al prójimo, en fin, ser como Jesús, ya que el amor no tan solo se dice se demuestra y Jesús nos demostró su amor, con su muerte y muerte de cruz.

Conocer un amor verdadero como el de Dios, puede cambiar nuestra vida. Él nos sigue buscando… porque “nos ama” y quiere salvar nuestra vida, solo quiere que lo aceptemos y nos arrepintamos de nuestra vieja vida y nos volvamos a Él. Él sigue interesado y buscando ese corazón lleno de oscuridad para darle luz, ese corazón lleno de violencia para darle paz. Permite que el amor de Dios se perfeccione en tu vida y con ello te edifique.

Apliquemos lo que conocemos de la Biblia con amor, porque solo así podremos ser movidos en amor, y más si hemos sido perdonados por Dios ya experimentamos su dulce y grande amor para nuestras vidas. El amor nos mueve a servirle, a agradarle, a mirar a nuestro prójimo, a expandir su reino, ese es el amor que nos debería de mover y muchas veces se nos olvida.

En resumen diríamos que la gran necesidad de la humanidad es el amor. La Biblia nos revela que Dios en su esencia y modo de ser es amor. Dios no solamente ama, sino es amor. Dios nos ama; Dios nos amó desde antes de la creación; Nos creó por amor y nos salvó por amor.

Dios nos exhorta a amar a nuestros semejantes, eso es compañerismo, seamos buenos amigos. Jesús nos dice: Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor, pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os he dado a conocer (Juan 15:15). Que gran bendición poder ser llamado Amigo de Jesús, hagamos lo mismo con nuestros semejantes, porque lo que el Padre quería es que nos amemos los unos a los otros, empecemos demostrando amor, siendo buenos amigos y sirviendo al Señor a través de nuestras vidas.

En todo tiempo ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia. Apliquemos esta cita para nuestra vida, seamos semejantes a Jesús y él se gozará con nuestras vidas.

¿Y tú, que haces por amor?